domingo, 29 de junio de 2014

Algunos valores necesarios para envejecer bien


  • La alegría de vivir.
  • La amistad.
  • La generosidad.
  • La paciencia.
  • El amor.
Introducción:

La segunda mitad de nuestra vida posee un significado y una finalidad diferente a los objetivos biológicos y naturales de la primera.

El destino final del camino de la vida es la sabiduría, el grado más alto y profundo del conocimiento, perspicacia y comprensión.

La sabiduría no es la inteligencia. No tiene nada que ver con el coeficiente intelectual o con los buenos resultados que se hayan obtenido en la escuela. Por el contrario, es el más alto nivel de evolución emocional, espiritual y mental. Es donde se produce la sinergia entre la comprensión más profunda y los actos cotidianos.

Abarcamos una dimensión espiritual donde los mayores deben aceptar su condición  de vida, deben encontrar un sentido a su propia experiencia, en un proceso de crecimiento y desarrollo personal.

En esta segunda mitad,  llena de plenitud de realizaciones, se da un continuo proceso interior: se nos plantean nuevos objetivos como  el descubrir nuevos valores de vida elaborando una escala  donde se resalte la importancia del ser de llegar al descubrimiento de aquellos valores y virtudes que componen la parte espiritual de las personas: esperanza, amor, sabiduría, alegría de vivir, generosidad…etc.

            El mayor debe tener claro que no es una carga para la sociedad, sino que con   su sabiduría  debe vincularse a los grupos de trabajo de su comunidad, esto hará que aumente su autoestima y su calidad de vida lo que le llevará a entender que puede ser útil en el desarrollo espiritual de nuestra sóciedad.
 
En este articulo, he escogido unos valores que considero que son importantes para facilitarles una mayor integración en la sociedad con la que convive y como digo en el titulo, son beneficiosos para envejecer bien.
 
Definir:

Dice Bernabé Tierno en su libro “Valores Humanos”: “Que instaurar en nuestra sociedad una “pedagogía de los valores”, es educar al hombre para que se oriente por el  por el valor real de las cosas, es una “Pedagogía de encuentro” entre todos los que creen que la vida tiene un sentido, los que saben que existe un porqué en lo extraño de todo, los que reconocen y respetan la dignidad de todos los seres.

            Si el “Mundo de los valores” puede servir de guía a la humanidad en sus aspiraciones de paz y fraternidad, por la misma razón deben servir de guía al individuo en sus deseos de autorrealización y perfeccionamiento.

            En este caso la acción educativa debe orientarse para que aprenda a guiarse libre y razonablemente por una escala de valores con la mediación de su conciencia como “norma máxima de obrar”.

            El valor es la convicción razonada y firme de que algo es bueno o malo y de que nos conviene más o menos.

Las valores reflejan la personalidad de los individuos y son la expresión del tono morral, cultural afectivo y social marcado por la familia, la escuela, las instituciones y la sociedad en que nos ha tocado vivir. Una vez interiorizados estos se convierten en guías y pautas del camino a seguir.
 

            Cuando hablamos de valor, generalmente nos referimos a las cosas materiales, espirituales, instituciones, profesiones, derechos civiles..etc., que permiten al ser humano realizarse de alguna manera.

            Los valores son los principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de realizarnos como personas, son las creencias que nos ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, son fuentes de satisfacción y plenitud.

Los valores, actitudes y conductas, están estrechamente relacionados. Cuando hablamos de actitud nos referimos a la disposición de actuar en cualquier momento, de acuerdo con nuestras creencias, sentimientos y valores.

También son la base para vivir en comunidad y relacionarnos con las demás personas.

            Es importante hablar de los valores morales, que son aquellos que perfeccionan al hombre en lo más íntimamente humano, haciéndolo mas humano, con mayor calidad como persona.
 
 
La alegría de vivir
 
 
La alegría de vivir produce sensaciones de agrado, esperanza y estima.
            La fuente mas cercana es el amor, por cuanto implica también  una relación con los demás, tiende a compartirse, a ser expresado y ser vivida con los otros.
            Se expresa con sensaciones de bienestar, una paz que se refleja en nuestro cuerpo: sonreímos, andamos cantando...etc. tal es así, que este estado suele contagiar a quienes nos rodean.
            Con la alegría vamos a trasmitir placer y vamos a disfrutar de nuestras labores cotidianas.
            La alegría, viene de lo que ocurre en nuestro interior, Hay que cultivarla, agradecerla o gozarla de manera radiante y adecuada.
            La alegría de vivir es la sensación interior que nos hace  ser capaces de remontar los momentos difíciles, aunque nos sintamos muy tristes, con la  alegría podemos  ver el lado radiante y buscar lo bueno aunque tengamos algunos obstáculos en nuestro camino.
La alegría nos hace mantener una actitud de vida positiva, de optimismo y de confianza de que todo se nos va a arreglar o se nos va a mejorar.
            El ser humano según se va haciendo mayor, va evolucionando hacia una alegría menos sensitiva y corporal y más interior e espiritual en la medida en que accede a la completa madurez mental y psíquica. La paz interior, la armonía  con nosotros mismos y la aceptación de la realidad que nos ha tocado vivir preparan   el camino hacia esa alegría que pone en paz al hombre consigo mismo y con los demás.
            Para vivir el valor de la alegría, debemos ver lo bueno que hacemos con voluntad, esfuerzo, energía y cariño. Desde el trabajo que realizas, aunque sea el mismo  de todos los días, ya que puede  beneficiar a otras personas, a tu familia, conocidos, pero también te beneficiara a ti.
 Bernabé Tierno nos da unos consejos para convertir la alegría en hábito:
  • Elevar el nivel de autoestima de la persona.
  • Llevar una vida ordenada y sencilla, disfrutando de las cosas pequeñas y cotidianas que están al alcance de cualquiera.
  • Pensar siempre en positivo, no permitiendo la entrada en nuestra mente de derrotismo y actitudes deprimentes o desesperanzadoras.
  • Conseguir que nuestra ocupación o trabajo sea fuente de alegría.
  • Fomentar cada día, a cada instante, los sentimientos de aceptación, de conformidad y hasta de complacencia y alegría de la realidad cotidiana, sea cual fuere.
  • conformarse con sentir la alegría dentro de ti, hacer que aflore al exterior y contagiar a quienes te rodean con palabras, actitudes y gestos que le arrastren a compartir tu propia alegría.
  • No pierdas ni un instante en lamentaciones y quejas inútiles sobre algo que es irremediable como un día lluvioso, una enfermedad incurable, etc.
  •  Convierte la alegría en compañera de tu vida, ya que es, fundamental  para  mejorar la  salud física, mental y psíquica.
  • La verdadera alegría, la que nace del corazón, de profundas motivaciones, se manifiesta  más por  un estado de constante placidez, fácil sonrisa y buen humor que por la carcajada fácil, miedosa, superficial y momentánea.
  • La verdadera alegría nace siempre de la bondad de nuestras acciones y de nuestras intenciones. Hacer el bien cada día a aquellos con quienes convivimos o con quien nos encontramos genera constantemente en nosotros  gran satisfacción interior que siempre se traduce en verdadera alegría de vivir.
“Feliz el mayor que ve acrecentarse en el sentido del humor, de la ternura, la sensibilidad ante la naturaleza y la belleza y mantiene en alza la curiosidad, el afán de aprender, de experimentar y de vivir”.
MILLAN ARROYO
 
La amistad
 
 

 
Ese es un amigo
Aquel quien, cuando te vas, te extraña con tristeza,
Aquel quien, a tu retorno, te recibe con alegría;
Aquel cuya irritación jamás se deja notar;
Ese es a quien yo llamo un amigo.
 
Aquel quien más pronto da que pide,
Aquel quien es el mismo hoy y mañana,
Aquel quien compartirá tu pena igual que tu alegría;
Ese es a quien yo llamo un amigo.
 
Aquel quien siempre esta dispuesto a ayudar,
Aquel cuyos consejos siempre fueron buenos,
Aquel quien no teme defenderte cuando te atacan;
Ese es quien yo llamo un amigo.
Extracto de un poema de John Burroughs (1837-1921) naturalista estadounidense.
            La amistad es un valor universal. Esta claro que difícilmente podemos sobrevivir en la soledad y el aislamiento. Necesitamos a alguien en quien confiar, a quien llamar cuando las cosas se ponen difíciles, y también con quien compartir una buena charla o una película.
            Las amistades suelen comenzar de improviso, y muchas veces sin buscarlas. En el camino de la vida, vamos encontrándolas. Y todo comienza porque alguien nos cae bien.
            Para que una amistad sea verdadera, debe existir algo en común y, sobre todo, estabilidad. El interés común puede ser compañero de trabajo, de carrera, un pasatiempo en común.
            Es importante ser desinteresado, sin esperar nada a cambio, al amigo se le quiere  tal como es, la amistad no es un comercio de beneficios.
            Debemos tener confianza, no solo se cree lo que dice el amigo, hay que creer en él, la confianza mutua hace posible la autenticidad.
            Un buen amigo debe ser leal, ser leal supone ser persona de palabra, que responda con fidelidad a los compromisos que la amistad lleva consigo. Leales son los amigos que son nobles y no critican, ni murmuran, que no traicionan una confidencia. Son verdaderos amigos quienes defienden los intereses y el buen nombre de sus amigos.
“Si la amistad desapareciera de la vida, sería lo mismo que si se apagara el sol, porque nada mejor y mas deleitoso hemos recibido de los dioses inmortales”.
CICERON
“La amistad supone sacrificios, y solo el que esta dispuesto a hacerlos sin molestias comprende la amistad”.
NOEL CLARASO
Se da el caso de que hay personas que no tienen amigos, muchas veces por culpa de su extrema timidez, por temor a que los demás no los acepten y porque les faltan habilidades sociales.
Otras veces por tener una autoestima baja, esto es lo que nos lleva a enclaustrarnos y nos impide sentir y disfrutar del gozo de la amistad.
Hay personas que también por su actitud, modales y lenguaje, repelen, y ellas mismas no se explican por qué todos las rehúyen y esquivan. Su personalidad orgullosa y quisquillosa las incapacitan para hacer una reflexión serena sobre si mismos.
Hay algunas personas que confunden  con la  amistad el compañerismo, simpatía y camaradería.
Me gustaría terminar con lo que decía Martín Descalzo:
“Que solo es verdadera amistad la que enriquece a los dos amigos, aquella en la que uno y el otro dan lo que tienen, lo que hacen, y, sobre todo, lo que son……
            Ser un buen amigo o encontrar un buen amigo son las dos cosas mas difíciles del mundo, porque suponen la renuncia a dos egoísmos y la suma de dos generosidades. Suponen, además y sobre todo, un doble respeto a la libertad del otro y esto si que es casi pedir un milagro”.
 
Generosidad
 
 
 
Ser generoso es un concepto muy amplio abarca muchas cosas, tanto es generoso  el que invierte en obras de caridad, como ser generoso es escuchar al amigo en sus  cosas buenas y malas, generosidad es llevar un vaso de agua a cualquier miembro de la familia, generosidad es pensar y actuar hacia los demás, hacia fuera, no hacia adentro.
            La generosidad es la ayuda mutua que debe existir entre las personas, no porque se les conozca o sean nuestros amigos, simplemente porque todos tenemos el deber de ayudar al prójimo y el derecho a recibir la ayuda de nuestros semejantes.
            La generosidad es un concepto que poco a poco se ha ido perdiendo porque en esta sociedad creemos que cuando alguien nos da algo por nada, es que hay una intención  por detrás, pero todo lo bueno que hay en la vida de los humanos es fruto de la entrega generosa de alguien.
            Cuando se entrega lo que solo uno puede dar y que no puede comprarse en ningún sitio, es cuando entendemos y vivimos la generosidad en su más profundo sentido: la entrega de si mismo.
Una persona generosa experimenta gusto y placer en compartir con los demás todo lo que tiene sin afectar la satisfacción de sus propias necesidades. Este valor puede expresarse de forma material, mediante bienes u objetos. Pero existen muchas más formas de vivirlo: ayudar con una tarea o un consejo, compartir las propias habilidades, atributos y conocimientos. Sólo quien se siente rico por dentro y considera que se encuentra en la abundancia es capaz de dar con alegría. En general se trata de dar sin afectar el propio bienestar, pero han existido casos de personas que arriesgan su propia vida para ayudar o prestar un servicio a los demás.
Al reflexionar sobre esta virtud, encontramos que la vida del ser humano esta llena de oportunidades para servir y hacer un bien al prójimo. Una persona generosa se distingue por:
  • La disposición natural e incondicional que tiene para ayudar a los demás sin hacer distinciones.
  • Resolver las situaciones que afectan a las personas en la medida de sus posibilidades, o buscar los medios para lograrlo.
  • La discreción y sencillez con la que actúa, apareciendo y desapareciendo en el momento oportuno.
Ser generoso es algo que muchas veces requiere un esfuerzo extraordinario. Para vivir mejor esta virtud en lo pequeño y cotidiano, es de gran utilidad poner en práctica las siguientes medidas:
  • Procura sonreír siempre. A pesar de tu estado de ánimo y aún en las situaciones poco favorables para ti o para los demás.
  • Se accesible en tus gustos personales, permite a los demás que elijan la película, lugar de diversión, pasatiempos, la hora y punto de reunión.
  • Aprende a ceder la palabra, el paso, el lugar; además de ser un acto de generosidad denota educación y cortesía.
  • Cumple con tus obligaciones a pesar del cansancio y siempre con optimismo, buscando el beneficio ajeno.
  • Usa tus habilidades y conocimientos para ayudar a los demás.
  • Atiende a toda persona que busca tu consejo o apoyo. Por más antipática o insignificante que te parezca, considera en ti a la persona adecuada para resolver su situación.
  • Cuando te hayas comprometido en alguna actividad o al atender a una persona, no demuestres prisa, cansancio, fastidio o impaciencia; si es necesario discúlpate y ofrece otro momento para continuar.
  • No olvides ser sencillo, haz todo discretamente sin anunciarlo o esperando felicitaciones.
La paciencia
 
 
 
La paciencia es el valor que hace a las personas tolerar, comprender, padecer y soportar los contratiempos y las adversidades con fortaleza, sin lamentarse; moderando sus palabras y su conducta para actuar de manera acorde a cada situación.
            Nada ganamos con la desesperación, antes de reaccionar debemos darnos tiempo para escuchar, razonar y en su momento actuar o emitir nuestra opinión.
Muchas personas, se escudan por medio de la paciencia para no hacer nada, para no actuar y esperar a que todo les caiga del cielo, y obviamente esto no viene al caso.
La paciencia es un rasgo de personalidad madura. Es la virtud de quienes saben sufrir y tolerar las contrariedades y adversidades con fortaleza y sin lamentarse. Esto hace que las personas que tienen paciencia sepan esperar con calma a que las cosas sucedan, ya que piensan que las cosas que no dependan estrictamente de uno, se les debe otorgar tiempo.
A lo largo de nuestra vida nos enfrentamos a pruebas y desafíos que afectan negativamente a  la salud, a la estabilidad económica, a las relaciones afectivas, etc. Ante estas circunstancias se presentan varias respuestas por parte del sujeto; estas pueden agruparse entre actitudes positivas y negativas; las primeras resuelven los problemas, los atenúan o al menos evitan empeorarlos cuando carecen de solución; las segundas, por el contrario, sumen a la persona en el derrotismo y en una actitud completamente negativa. Ante situaciones así, es importante la paciencia por lo que es importante  mantener la calma  para sobreponerse a estos acontecimientos continuando con los proyectos emprendidos  y aprendiendo de los errores.
            La paciencia siempre tendrá su recompensa: mantener y mejorar las relaciones con todos nuestros  amigos, familia, trabajo, etc.…
 
Frases:
“Y ahora considera la ventaja de la paciencia. Cualquier ofensa —proceda de la lengua como de la mano— que intenta herirla se despunta con el mismo golpe, como dardo arrojado contra una piedra de inalterable dureza. Su intento, pues, es inútil y todavía quizás con el golpe de retorno se hiere el mismo que arrojó la flecha. He aquí cuánta es la utilidad y la ventaja de la paciencia.”
Tertuliano, Tratado de la paciencia, siglo II.
“Quien tiene paciencia, obtendrá lo que desea.”
Benjamín Franklin
 
El amor
 
 
 
 
Definición
La enciclopedia Wikipedia nos dice sobre el amor:
“El amor es un concepto universal relativo a la afinidad entre seres, definido de diversas formas según las diferentes ideologías y puntos de vista (artístico, científico, filosófico, religioso). De manera habitual, y fundamentalmente en Occidente, se interpreta como un sentimiento relacionado con el afecto y el apego, y resultante y productor de una serie de actitudes, emociones y experiencias. En el contexto filosófico, el amor es una virtud que representa todo el afecto, la bondad y la compasión del ser humano. También puede describirse como acciones dirigidas hacia otros y basadas en la compasión, o bien como acciones dirigidas hacia otros (o hacia uno mismo) y basadas en el afecto.”
Hay distintos tipos de amor y también las formas de expresarlo son diferentes. El amor es la inspiración total a cada acto consecuente para ser felices, y como un valor, es una fuerte inclinación emocional hacia una persona, es noble y la fuerza más dinámica que podemos tener para impulsarnos hacia cualquier clase de bien que conozcamos. Las personas somos sujetos con derecho amar y a que nos amen tal como somos, no somos objetos de nadie y como sujetos somos dueños de nuestros propios actos, propietarios de nosotros mismos con la plena capacidad de controlarnos.
El amor no es una relación, es un estado del ser, tampoco es una dependencia, el amor no es deseo. Cuando se confunde al deseo, se vuelve motivo de sufrimiento. También es un valor supremo y en base a la amplitud de éste, existen diferentes tipos de amor.
El ser humano necesita del amor para poder vivir. Si no existe el amor en nuestras vidas, no hay nada, si uno no es capaz de amarse a sí mismo, no puede amar ni dar amor a los demás. Porque cuando uno está acostumbrado a recibir amor, uno se enriquece y  fortalece para vivir la vida y ser feliz de la mejor manera posible. De uno depende que, tanto tiempo se hospede en nuestra mente y corazón. Si es a corto, a medio, o a largo plazo, de tal suerte que sirva de motor para alcanzar nuestros objetivos por convicción y no por obligación.
 
Reflexiones sobre el amor
  • El amor no debe fingirse.
  • Reconozcamos en el amor una expresión de la esencia humana.
  • Lo opuesto al amor es el odio, la envidia, la soberbia, la cerrazón a ser feliz.
  • Abrirse al amor es llenarse de esperanza, lo contrario es el sinsentido de la existencia.
  • Sin amor podemos gozarnos en  placeres; pero solo el amor perdura.
  • El amor predica con el ejemplo.
  • Vivir feliz significa encontrar el amor en todas las cosas.
  • El amor reconoce el valor esencial del ser humano, sin importar su apariencia, ni sus condiciones, habilidades o limitaciones.
Algunas frases:
 
“En toda historia de amor siempre hay algo que nos acerca a la eternidad y a la esencia de la vida, porque las historias de amor encierran en sí todos los secretos del mundo.”
Me gustaría terminar el artículo con una reflexión:
 
            Será importante la experiencia que has acumulado en las distintas vivencias que te han tenido como actor principal. Esa experiencia que hoy muchas personas no reconocen y, es más, desprecian, es la que te dará la mesura y el equilibrio necesario para la toma de decisiones que respeten tus valores esenciales.
            Nadie más que tú puede modelar tu futuro de acuerdo con tu buen saber y entender. No es que estés solo en el mundo, pero como nadie puede saber mejor que tu lo que necesitas para sentirte bien, debes hacer un trabajo individual para planificar adecuadamente y paso a paso el tiempo que esta por llegar.
¿Cómo podremos aceptar los cambios que envejecen nuestro cuerpo si al mismo tiempo no buscamos el deslumbrante poder de algunas emociones y valores, como la alegría la paciencia  la generosidad.., o si no renunciamos a mirarnos a nosotros mismos en lugar de observar el mundo que nos rodea, y maravillarnos?
            Estos valores de los que hemos hablado,  permiten afrontar, y quizá transformar, las terribles realidades que son la vejez y la muerte. Así pues, tú decides si a lo largo de esta etapa de tu vida  vas a utilizar  esas gafas maravillosas donde el amor, la amistad, la generosidad, la paciencia y  la alegría de vivir  compartirán tu vida y aran de ti una mejor persona en todos los aspectos.